Las impresoras 3D ofrecen infinitas posibilidades en los centros de enseñanza. Gracias a
esta herramienta tanto profesores como alumnos pueden desarrollar
prototipos y objetos que no solo facilitan la comprensión de contenidos
complejos sino también ayudan a estimular su creatividad. Esta
metodología es además muy motivadora, pues promueve la idea de aprender
haciendo, la denominada “cultura maker”, favorece la
interdisciplinaridad y fomenta el trabajo en equipo contribuyendo así a
formar alumnos más reflexivos y creativos.
La impresión 3D permitiría replicar de forma fiel las partes de la anatomía de cualquier ser vivo para su estudio en Biología o imprimir mapas topográficos de cualquier área para estudios de Geografía. Dentro del campo del Diseño Industrial o el Diseño Arquitectónico, permitiría al alumno reproducir piezas a escala de sus diseños para fabricar prototipos de trabajo. En el ámbito de las Artes Plásticas o el Diseño
Gráfico, permitiría obtener objetos tridimensionales de sus obras en las fases de proceso creativo. Y por último, dentro del ámbito de la Historia, se podría obtener réplicas de las construcciones y utensilios de las civilizaciones antiguas para ayudar a los alumnos a entender mejor cómo se vivía en el pasado.
Gráfico, permitiría obtener objetos tridimensionales de sus obras en las fases de proceso creativo. Y por último, dentro del ámbito de la Historia, se podría obtener réplicas de las construcciones y utensilios de las civilizaciones antiguas para ayudar a los alumnos a entender mejor cómo se vivía en el pasado.